8 oct 2017

¡Vuelvo! Tras 3 años de desaparición

¡Hola, hola, hola!

No os podéis imaginar lo feliz que estoy de estar de vuelta. Ya han pasado 3 años desde la última entrada en este blog y eso se merece una explicación.

Hace justo 3 años hacía tres meses que me había ido a vivir a París. Esos meses fueron un punto de inflexión en mi vida, empecé a conocerme a mi misma por primera vez, viviendo sola en el extranjero y descubriendo lo que realmente me hacía feliz.
Pero algo ocurrió...

Tanto hacer trabajar a este cerebrito, me llevó a una situación insostenible y que finalmente explotó.

Os voy a poner en situación. Era 27 de octubre por la tarde y acababa de llegar a París mi mejor amiga para pasar una semana conmigo, estuvimos todo el día andando por la ciudad y ya eran las últimas horas del día y estábamos en Champs Elysees de tienda en tienda.
Entramos a MAC para probarnos esa barra de labios que tanto nos encantaba, el color rebel de la colección permanente para ser exactos.

Recuerdo ese momento dentro de la tienda como si fuera hoy, cuando me probé ese pintalabios me dí la vuelta hacía Aída (así se llama mi soulmate) y le dije: ¿Qué te parece?
A lo que me contestó: Pero sonríe para que te vea cómo te queda.
En ese momento me entro la risa nerviosa y le dije que ya estaba sonriendo que no sabía a qué se refería. Entonces me dí la vuelta y me mire al espejo, era incapaz de articular gesto alguno.

Guarde la calma y me acerqué a la farmacia más cercana y pedí un antiinflamatorio, estaba segura que sería alguna infección de las muelas que me habían estado dando problemas.

Me tomé la dosis que me dijeron y me fui a la cama sin tener ni idea de lo que se avecinaba al día siguiente.

El 28 de octubre cuando me levante me fui directa al aseo como cada mañana a lavarme los dientes, con los ojos aún casi cerrados. Quería enjuagarme pero era imposible de retener el agua dentro de la boca, entonces fue cuando ya me dí cuenta de que algo no iba bien. Levante la cabeza y me vi, o mejor dicho no me vi porque no me reconocía. La parte izquierda de mi cara estaba totalmente paralizada. ¿Quién era ese monstruo? No era capaz de mirarme al espejo.

Desperté a Aída y nos fuimos al médico directas, pero solo me dijeron que no sabían por qué me había dado y que eso le pasa a 1 de un millón. Nada alentador la verdad.

Recogí todas mis cosas y nos volvimos a España para comenzar un tratamiento.

Han pasado 3 años y aún sigo en tratamiento, ya la gente me dice que apenas se nota pero yo aún me siento como aquel día.

Te miras al espejo y ya no ves a aquella chica, la sonrisa, la expresión de la cara ha cambiado y poco puedo hacer más que aceptarme tal como soy.

Algunos quizás no crean que es un motivo para desaparecer de la faz de la tierra durante tanto tiempo, pero para mí supuso y supone un reto.

Todo lleva su tiempo, y a mi superar esto me esta llevando mucho.

A partir de ahora quiero utilizar este blog para hablar de mi experiencia abiertamente sin tabú alguno.

Espero que estéis pasando un día estupendo.

¡Un beso enorme para todos!


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